Transformers es la película del verano. Y lo es por unas cuantas razones. Ahí van tres: 1) Transformers es una de las mejores películas de entretenimiento de los últimos años. 2) Cuenta con unos efectos especiales apoteósicos, posiblemente los más sorprendentes que se han visto en una pantalla de cine desde que Steven Spielberg nos hiciera ver dinosaurios en la mítica Parque Jurásico. Y 3), gustará a los nostálgicos amantes de la serie y de los juguetes transformables, y a cualquier friki que se precie. Ver a Optimus Prime en acción no tiene precio.
Sigamos poniendo las cosas en su sitio: Michael Bay es un estupendo director. Lo que pasa es que aunque las haga como nadie, sólo hace películas de acción. Pero claro, el cine de acción o de entretenimiento no es buen cine. O eso es lo que dicen la mayoría de los críticos y los gafapastas. Estos si van a ver Transformers la pondrán a caldo. Que si el guión es de risa. Que si los personajes están desdibujados. Que si tiene dos mil millones de planos y una insufrible música atronadora. Para muchos Michael Bay es el diablo. Sólo para unos pocos (incluido Spielberg, productor de la película) Bay es el número uno en lo suyo. Nadie ofrece más espectáculo por minuto. Y señores, también es buen cine hacer que la gente se lo pase pipa sentada en una butaca durante dos horas.
No voy a decir que la nueva película de Bay sea una obra maestra, pero ofrece lo que uno espera de una película de este tipo. El guión es solvente (no se que se esperarían los que lo critican); tiene momentos muy divertidos (uno empieza a explicarse porque Shia LaBeouf va a ser el hijo de Indiana Jones, pedazo de crack); un par de chicas tremendamente guapas (Megan Fox y Rachael Taylor), y sobre todo tiene a robots gigantes que se transforman en impresionantes vehículos y que luchan a muerte entre si. Y que arrasan con todo lo que se encuentran por delante.
En producciones como esta se nota cuando hay talento y ganas de hacer las cosas bien. Hay que dar la enhorabuena a todo el equipo de la película. A los productores y a Bay por dar vida a unos personajes tan míticos para muchos. Al equipo de diseño (si una persona se pudiera enamorar de un coche/robot, este sería sin duda Bumblebee) y especialmente a Industrial Light and Magic por esos increíbles efectos especiales que hicieron sentir al que escribe este texto como si tuviese 7 años durante dos horas.
Fuente: http://www.estrenosdecine.net
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